Sin embargo, la república sudamerica apostó por adjudicar la construcción a los astilleros de una potencia emergente, los EEUU, incluyendo en los planos algunas de las ideas y tecnologías más modernas del diseño naval, en los astilleros de Quincy, Massachussets. Las fotografías que se muestran a continuación pertenecen a la colección de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.
La primera foto muestra la botadura del primero, el acorazado «Rivadavia» en 1912. La madrina fue Isabel Rodríguez Marcenal, la esposa del embajador argentino, Rómulo Naón, y se pueden apreciar las dos banderas en la proa del barco. Ambos países estaban muy orgullosos de «su» barco.
Esto inició una larga relación de colaboración. La segunda foto muestra al acorazado en sus pruebas de mar, y la tercera a la tripulación argentina (más de 1000 hombres) posando en Charleston para hacerse con el manejo del barco y traerlo a Buenos Aires.

El «Rivadavia» y su gemelo «Moreno», aunque no entraron en combate, fueron un emblema de su época. Embajadores de la Argentina en América y Europa, como cuento en «La legión secreta del sur», el gobierno los tenía muy en cuenta como un factor de disuasión muy importante en la región en años muy conflictivos.
