Entre el 17 y el 19 de mayo asistí a FEINDEF (Feria Internacional de la Defensa) celebrada en Madrid, representando al blog de Telefónica Empresas. De allí surgió un artículo publicado en dos partes. La primera con referencia a la industria de la defensa y la segunda describiendo los nuevos escenarios o ámbitos operativos que amplían las tradicionales dimensiones de las Fuerzas Armadas (ya no es sólo Tierra, Mar y Aire).
En este primer artículo una de las reflexiones que se planteó en diferentes conversaciones y conferencias es el origen de la innovación. Hasta hace relativamente poco tiempo una de las fuerzas impulsoras de la innovación era la defensa nacional. Veníamos de la II Guerra Mundial y la Guerra Fría, en las cuáles la rivalidad entre las naciones por la hegemonía hacía que se dedicara mucho presupuesto a la investigación de cualquier tecnología que tuviese aplicación militar. Así surgieron tecnologías como Internet, la energía nuclear, los cohetes, el motor a reacción, la Wifi o el kevlar, que luego se expandieron en el ámbito civil.
Sin embargo, en los últimos años la distensión militar llevó a que los presupuestos de investigación militar se restringieran y que el grueso de la innovación se produjese en el ámbito civil. Ahora nos encontramos con la paradoja de una industria militar muy analógica, que tiene el desafío de llevar al ámbito militar las tecnologías que tienen amplia difusión en la sociedad civil.
El artículo completo puede encontrarse en este enlace.