En el verano-otoño de 1917, los Aliados avanzaban lentamente por el norte de Francia. Las tropas alemanas estaban llegando a su peor momento de moral y performance combativa. Las deserciones y rendiciones se contaban por miles. Si no se conseguía detener la ofensiva antes de las primeras nevadas, el Frente Occidental del Reich podía colapsar mucho antes de que las tropas del Frente Oriental quedasen liberadas para trasladarse al oeste.
Sin embargo, con el tiempo la ofensiva de los Aliados, salvo algunos éxitos puntuales, fue perdiendo ímpetu. Uno de sus motivos era que sus reservas de materiales eran limitadas. El ataque consumía muchos recursos y el sistema logístico crujía. Los Aliados contaban con un puente transatlántico que fluía continuamente entre EEUU, las colonias franco-británicas y los países sudamericanos. Estos últimos eran claves en el suministro de alimentos (cereales y carne) y animales de trabajo (caballos y mulas). El transporte marítimo desde Argentina, lejos el más importante, era mucho más barato y corto que el procedente de la otra fuente alternativa, Australia.
Muy conscientes de eso el Reich, a través de sus agentes en Buenos Aires, entregó bastante dinero a los sindicatos ferroviarios y portuarios de la Argentina para paralizar el envío de suministros. Por otro lado, había una cantidad de obreros en estos sindicatos que simpatizaban con el Reich, aunque fuese porque eran enemigos de británicos y franceses, cuyas compañías operaban los ferrocarriles. Con este dinero los sindicalistas engrosaron la «caja de resistencia» para sostener la huelga sin cobrar los salarios. En lugar de ofrecer alguna mejora o negociación a los obreros, los Aliados pidieron al gobierno argentino que militarizara los puertos y los ferrocarriles, reprimiendo a los obreros y asegurando el suministro. Era una situación difícil para un país neutral que, además, necesitaba las divisas que generaban las exportaciones.
Al presidente Yrigoyen la exigencia de los Aliados no le impresionó. Lo que realmente le preocupaba eran los posibles sabotajes que los agentes alemanes o anarquistas pudiesen realizar contra las infraestructuras, que hubiesen sido muy difíciles de reparar con la escasez producida por la guerra. Movilizó al ejército, pero no para arrestar a los sindicalistas, sino para proteger estaciones, muelles, almacenes y talleres. Una de esas infraestructuras críticas era el taller ferroviario de «Gorton Works», situado en la ciudad de Pérez, cerca de Rosario, el más importante de Iberoamérica. Sin él, la capacidad de transporte de cargas en la Argentina hubiese quedado severamente restringida. En este enlace de Historia Visual de la Argentina, se cuenta la historia del complejo y se muestran algunas fotografías.
Así,como cuento en «La legión secreta del sur», Yrigoyen se colocó en la posición de mediador, bajo la premisa de que todos tendrían que ceder algo. La negociación duró un par de meses, mientras la huelga seguía. El envío de suministros se ralentizó (aunque nunca se cortó del todo) y la ofensiva de los Aliados se estancó (aunque no sólo por la falta de suministros). Finalmente, las empresas mejoraron las condiciones laborales y el suministro volvió a su ritmo normal. La presencia del ejército evitó que se produjeran daños irreparables y la cosecha del año siguiente se suministró casi sin interrupciones y en prácticamente en su totalidad a los Aliados. Del conflicto no se beneficiaron realmente ni los Aliados ni las Potencias Centrales, solamente la República Argentina salió de la situación con ventaja.
Entre los detalles que aparecen el libro menciono la presencia de Juan Perón (y el capitán Descalzo) entre los militares que protegieron los talleres de Pérez. Esto es totalmente real, dado que era uno de los tenientes del Regimiento 12, que se movilizó hasta el lugar. Es también cierto que recibió un mención por su desempeño y la de sus hombres. Los personajes ingleses y alemanes (directivos y trabajadores del complejo) son históricos, la interacción entre ellos es una interpretación mía de acuerdo con las posiciones que adoptó cada uno en el conflicto y los resultados que se obtuvieron.