Convergencia entre Internet y la telefonía celular: el Smartphone
Circa 2005, para el público en general el acceso a Internet y la telefonía móvil o celular eran dos mundos diferentes.  
Se accedía a Internet en casa a través de la línea telefónica tradicional o de banda ancha o en la empresa. Si se estaba fuera de casa, se podía utilizar una variedad de ordenadores portátiles para conectarse a Internet (desde PCs tradicionales a pequeñas agendas portátiles o PDAs), llamando a una línea telefónica tradicional, conectándose por cable a una red disponible o utilizando un dispositivo para recibir señal de Internet a través de la red de telefonía celular, lo que se daba por llamar 3G.
En aquella época, el correo electrónico se había generalizado como la principal herramienta de comunicación dentro de una empresa.  Era fácil de usar, permitía llegar a cualquier locación donde hubiera acceso a Internet e incluso se podía utilizar durante los viajes, aunque con la limitación de que había que llevar una ordenador o agenda portáil y había que disponer de una conexión de red o llevar un adaptador para conectar el dispositivo a la red celular.  Muchas veces los usuarios debían cargar con el equipo sólo para mantenerse conectados por el correo.
En ese momento los teléfonos móviles se utilizaban sólo para hablar o como mucho, para enviar mensajes cortos de texto entre teléfonos, utilizando el servicio SMS.  Pero entonces surgió una producto que rompería el mercado, integrando el correo electrónico en el teléfono móvil: Blackberry.
Esto representó una verdadera revolución. De repente los usuarios no necesitaban cargar con un ordenador o agenda electrónica aparte para trabajar con el correo.  Sólo con llevar el teléfono móvil y cobertura de la red celular podían acceder al correo en cualquier momento, además de mantener todas las funciones de un teléfono.  Aunque hubo otros modelos precursores, podemos decir que en enero de 2003 se lanzó el primer Smartphone: el Blackberry 7230.
Blackberry 7230, el primer Smartphone
Pronto se generalizó el uso de Blackberrys entre los usuarios de negocios.  Todos los grandes operadores de telefonía móvil lo empezaron a comercializar a sus clientes del mercado de empresas. De repente se podía ver a usuarios compulsivamente leyendo y enviando correo desde los lugares más diversos.  Se podía estar conectado con comodidad en casa, en un aeropuerto, en una sala de espera.  La productividad personal dio un salto espectacular.
Blackberry Pearl 8100
Blackberry continuó lanzando modelos con mejores prestaciones en los siguientes años y avanzó también en el mercado de consumo, consiguiendo un gran impacto con el  Blackberry Pearl 8100, el primer equipo que incluyó una cámara y un reproductor multimedia.  Sucesivos modelos de Blackberry dominaron el mercado entre 2005 y 2009.  Sin embargo, su principal éxito se seguía basando en la facilidad de acceso al correo electrónico.  La navegación en Internet seguía siendo lenta y compleja, con la tecnología de la época.
Esto cambió en 2007 cuando otra compañía, Apple, introdujo el iPhone: el primer teléfono optimizado para trabajar por Internet.  El iphone introducía algunas otras características innovadoras:
  • Eliminaba el teclado físico, reemplazado por un teclado virtual ubicado en una pantalla Touchscreen, lo que también permitía ampliar el tamaño del display.
  • Sin perder la funcionalidad del correo, un display más grande, además, mejoraba la experiencia de navegación, facilitando el acceso a los contenidos web en movilidad, de una manera que nunca se había logrado antes.
  • El teléfono agregaba todas las capacidades gráficas que tenía la línea Mac, así como sus utilitarios optimizados para trabajar en un dispositivo que cabía en un bolsillo.
  • Adicionalmente, Apple abrió al mercado sus estándares de sistema operativo para se pudiesen cargar en el «teléfono» aplicaciones de terceros, que desarrollaran capacidades adicionales (juegos, noticias, salud, etc), dándole aun mayor a la plataforma.
El primer iPhone
Nuevamente, el mercado dioun salto cualitativo. Apple pasó a dominar el segmento de consumo de los Smartphones, y ocupó una franja importante del mercado empresas que dominaba Blackberry.  Pero este éxito movilizó a la industria y pronto surgieron otras iniciativas para rivalizar con ellas.
En noviembre de 2007, en un movida largamente preparada, Google anunció el Open Handset Alliance un consorcio que reunía a fabricantes de teléfonos como HTC, Sony y Samsung, de procesadores como Qualcomm, a operadores como Sprint o T-mobile con el objetivo de desarrollar estándares abiertos para teléfonos móviles. Los teléfonos comerciales surgieron en 2008 y 2009.
(Hubo otros intentos. Nokia, en lugar de
integrarse, intentó desarrollar su propio sistema operativo abierto,
Symbian, basado en los SO de las antiguas PDA.  Microsoft hizo lo mismo a
partir de los sistemas Windows CE de los  PDA de los´90.  Ambos no
alcanzaron masa crítica y terminaron aliándose en 2011, conservando una
participación (aunque menor) en el mercado)
La estrategia de Google facilitaba a los distintos fabricantes a centrarse en el desarrollo de hardware, basado en un sistema operativo público sin costes ni servidumbres, a pagar a su desarrollador como ocurría con Apple o Blackberry.  Esto hizo que numerosos fabricantes pudiesen entrar en el mercado a competir con estos, abaratando sustancialmente los productos y reduciendo la barrera de entrada a los usuarios. 
Un usuario de consumo de Apple o un teléfono Android podía utilizar el teléfono para muchos otros usos que sólo hablar: tomar fotos, hacer compras, visualizar videos, escuchar música, acceder a las redes sociales y muchos otros. 
En apenas 5 años, el Smartphone pasaba de un producto de «moda», «status» o «productividad personal», para ser un producto de aplicación realmente  Esto tendría grandes implicaciones para las empresas y para la industria tecnológica en general.  Pero antes habría otro salto cualtitativo.
El surgimiento del tablet

La idea de disponer de un «papel»  o «tableta» electrónico estaba en el imaginario popular desde hace tiempo.  La ventaja intrínsica desde el punto de vista ergonómico de disponer de un ordenador operativo del tamaño de un libro, pizarra o carpeta estaba esbozada en la ciencia ficción desde los años ´60 y en los años ´90 se había desarrollado la experiencia (fallida) de las Apple Newton.  Sin embargo después del lanzamiento del Smartphone, Apple ya estaba mejor preparada para atender este mercado.
Steve Jobs presenta el iPad
A principios de 2010, Apple redefinió este segmento lanzando en iPad.  Este estaba claramente basado en los mismos estándares y tecnologías del iPhone, pero aprovechaba las ventajas de un mayor tamaño en capacidad de almacenamiento y de proceso, un display más grande y la misma interfaz touchscreen.  Una mayor autonomía también lo hacía mucho más atractivo que el Newton.
El mercado estaba ávido por esta tecnología y fue otro éxito de ventas.  Seguido a su vez por numerosas versiones de tabletas, basadas en los otros sistemas operativos móviles (Android, Microsoft Phone y otros).  Pronto se transformó en una nueva categoría de dispositivos que compartía el hogar con el smartphone y el ordenador personal.  
El desarrollo de esta líneas de productos se vio favorecido también por la expansión de otra tecnología de acceso a Internet: el Wifi.
Al principio el Wifi se vio como una forma de librarse la esclavitud de los cables en el ámbito privado.  Un router Wifi emite señales de radio en un ámbito local reducido con un ancho de banda suficiente para que varios dispositivos puedan conectarse simultáneamenta a la misma conexión de Internet.  En una casa esto permitía utilizar los equipos en diferentes estancias sin recablear, y en una empresa cambiar las ubicaciones o las oficinas de sitio, sin tener que hacer un nuevo tendido de cables a nivel local.
Sin embargo, tuvo un efecto inesperado.  Los smartphone y tablets dependían también para ser plenamente operativos de una conexión a Internet.  Por supuesto disponían de tarjetas de acceso a la red celular para conectarse por ese medio.  Pero el tráfico de Internet móvil todavía no era masivo y era caro en términos de consumo cuando se utilizaban los dispositivos para contenidos de gran tamaño como videos.
Así que una gran parte de los usuarios comenzó a utilizar los smartphones y tablets en casa o en la oficina, conectadas a las redes Wifi, gratuitas, sin consumir los caros datos móviles de la época.  Esto ayudó a expandir aun más rápidamente el mercado de este tipo de dispositivos, que no traían un consumo agregado de más datos móviles.
Los impactos en la empresa
Hacia 2011 o 2012, el surgimiento de smartphones y tabletas había impactado profundamente en las empresas. Veamos, a continuación, algunos de sus efectos:
  • Bring-your-own-device: muchas compañías empezaron a percaterse de que sus empleados preferían trabajar y llevar a la oficina sus propios dispositivos personales (smartphones o tablets), los cuáles estaban acostumbrados a usar en casa, en forma adicional o a veces en forma alternativa a los dispositivos que la empresa ponía a su disposición. ¿Para qué utilizar un teléfono antiguo pagado por la empresa cuando tengo a mi disposición un Smartphone sólo cambiando la tarjeta SIM de uno al otro? ¿Por qué andar moviendo un pesado PC de un sitio al otro cuando tengo una tablet portátil dónde puedo consultar datos en cualquier sitio? Esto llevó a nuevas tecnologías de control como Mobile Device Management.
  • Relacionamiento con los consumidores: el relacionamiento con los clientes a través de páginas con interfaz WWW pasó a ser algo obsoleto.  Los usuarios comenzaron a demandar aplicaciones para acceder a los servicios online de las empresas que fuesen compatibles con sus nuevos dispositivos móviles, que les garantizaran un acceso en cualquier momento y aprovechando sus ventajas de formatos y herramientas añadidas (como la posibilidad de establecer videoconferencias).  Apareció una nueva industria especializada de aplicaciones móviles.
  • Extensión de la movilidad: la difusión masiva de la movilidad disponiendo de aplicaciones complejas a un coste muy bajo permitió una mayor conectividad dentro de la organización.  Ahora era posible suministrar aplicaciones móviles incluso en niveles muy bajos de la organización.  Esto, además de impactar en la productividad personal, permitía redefinir los servicios generales y muchos procesos internos de la organización según nuevos parámetros.  Ya no era necesario «ir a la oficina» sólo para conectarse a la red, ahora existían numerosas formas de mantenerse permanentemente conectado desde cualquier sitio. Uno de los derivados de esto es el eWork.
  • Explosión de datos: la hiperconectividad de los usuarios, capaces de actualizar las redes sociales y las aplicaciones desde cualquier sitio y en cualquier momento, más la disponibilidad de datos generados por los propios dispositivos móviles (como la localización) generó una explosión de datos adicionales, y generó el interés por parte de las organizaciones para ser utilizados con los más diversos fines (estudios sociales, patrones de compra, etc).  De esto deriva la nueva capa de Big Data en las empresas.

En sucesivas notas, veremos como tratar estas nuevas problemáticas en la arquitectura de sistemas de una compañía.

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